Ya hablamos con anterioridad, en el test drive del Model S, el por qué la marca se llama Tesla, quien fue Nicola Tesla y por supuesto quien es Elon Musk, el fundador de esta joven firma automotriz, un tipo que sin duda podríamos calificar como una de las mentes más brillantes y visionarias de la actualidad, aunque en más de una ocasión nos haya hecho recordar a Hank Scorpio.
Entonces ahora me voy a concentrar en lo que representa Tesla para la industria automotriz, y es que en 2012, cuando la discusión entre los grandes fabricantes se centraba en los casi insuperables retos que afrontaba la electrificación del automóvil en materia de autonomía, tecnología, economías de escala y precio al consumidor final.
Tesla demostró al mundo que sí era posible desarrollar un auto 100% eléctrico con prestaciones y autonomía similares a las de un auto con motor de combustión interna. También comprobó que había una población, más que dispuesta a pagar por un vehículo con estas características y más grande de lo que todos creíamos y que conste, no estamos hablando de cifras menores.
El éxito de Tesla habla por sí solo, es la firma automotriz de moda, incluso genera entusiasmo y curiosidad entre las generaciones más jóvenes que consistentemente manifiestan un nulo interés por los automóviles. Adicionalmente, goza de una percepción inmejorable de cara a los consumidores y su valor de mercado es inmenso. Todo lo anterior, aun cuando hasta el día de hoy no ganado dinero.
Diseño
El Tesla Model X es un vehículo en verdad grande (mide 5 metros) y hereda los trazos que vimos por primera vez en el Model S su hermano sedán, sin embargo para poder ofrecer la versatilidad y funcionalidad de espacio interior que buscaba la marca adoptó una forma que nos recuerda mucho a esas SUVs con apariencia de coupé como la BMW X6, aunque también para muchos a una minivan, veremos más adelante como esto tiene grandes beneficios en materia de espacio interior y de ascenso/descenso para la tercera fila de asientos.
Las controvertidas formas también encuentran una enorme justificación para efectos aerodinámicos y es que el Model X presume de un coeficiente de penetración de apenas 0.24, cifra sobresaliente más aun hablando de una SUVs
Recepción como de alfombra roja
Un elemento sumamente atractivo del Tesla Model X es la manera en que recibe al conductor, con solo acercarte, la puerta del conductor se abre automáticamente y basta con presionar el pedal de freno para que ésta se cierre.
¿Cómo se enciende?
A estas alturas ya se habrá preguntado, ¿cómo se prende el Tesla Model X? y es que en el tablero no hay un botón de Start como sucede en todos los vehículos que cuentan con arranque mediante llave inteligente, mucho menos encontramos un switch en donde meter una llave. Basta con presionar el pedal de freno para que el vehículo pueda moverse, por lo que solamente resta poner marcha en la palanca de cambios.
Confort
El interior es virtualmente idéntico al de su hermano el Model S, nuevamente la gran protagonista es la inmensa pantalla táctil de 17” desde donde podemos manipular todas las funciones del vehículo y de verdad me refiero a todas: clima, audio, mapas (provistos por Google Maps), teléfono, incluso suspensión modos de conducción, puertas, asientos, iluminación etc.
Sin embargo la primera diferencia con el sedán y vaya que se siente mucho, es el inmenso parabrisas de 65”, el más grande empleado por cualquier vehículo en la actualidad, la sensación al volante es obviamente de mucha visibilidad, pero también como de estar a bordo de un helicóptero.
Por su parte, el cluster de instrumentos, también completamente digital es una fuente valiosa de información; se divide en tres, en la parte central arriba tenemos el velocímetro, mientras que abajo se grafica siempre un pequeño Model X que informa si las puertas están abiertas, cuando alguna direccional está encendida o lo más importante, cómo va siguiendo los carriles cuando el Autopilot está encendido. Del lado izquierdo encontramos información sobre el audio, etc. Mientras que en el derecho se muestran datos del teléfono o bien gráficas relacionadas con la eficiencia o autonomía.
No puedo dejar de mencionar la función del climatizador automático nombrada como Bioweapon Defense Mode (modo de defensa contra arma biológica), que consiste en un filtro de aire de alta eficiencia de grado médico que elimina polen, bacterias, virus y contaminación, limpiando el aire que entra a la cabina en un 99.97%.
Un GPS especial
Ya había comentado que el navegador está basado en Google Maps, sin embargo Tesla adicionó muchas funciones con las que les aseguro, no quedarán ganas de utilizar el Waze de su teléfono.
¿Por qué? Vamos a suponer que quiero ir a la tienda de Tesla ubicada al norte de la ciudad en la que vive, la interfaz es idéntica a la aplicación de Maps del celular, sin embargo cuenta con una función bien interesante y es que además de la cantidad de kilómetros a recorrer y cuánto tiempo nos tomará llegar al destino, también nos deja saber que tanta batería nos quedará al final del recorrido. Incluso si la batería no es suficiente, la aplicación planea la ruta para hacer una parada en donde haya un supercharger para así llegar a nuestro destino sin ningún problema.
Falcon Wing Doors, como de ciencia ficción
Sin duda el elemento más impactante y llamativo del Tesla Model X son sus puertas traseras, en primera instancia podrías pensar que son tipo Alas de Gaviota, sin embargo la firma las denomina Falcon Wing Doors (Alas de Halcón) porque en lugar de tener un elemento de movimiento que sería la unión con el techo, estas puertas cuentan con dos puntos de articulación, la unión del toldo más la caída en el costado.
Lo anterior, aunado a un arreglo de seis sensores ubicados en la parte superior y en los costados, permite a la puerta evaluar que tanto se puede abrir hacia arriba o a los costados, aunque necesita un espacio mínimo de 31 cm a los lados para poder abrir en su totalidad.
Es cierto que las Falcon Wing Doors son innecesariamente complejas pero innegablemente también son impresionantes. Adicionalmente se pueden operar ya sea desde el transponder, en el interior con un botón ubicado en el poste B, desde la inmensa pantalla central táctil o bien con un botón ubicado en la parte baja de la puerta.
También desde la posición del conductor, se pueden controlar las puertas desde la pantalla central, en el menú desplegado operar cada una de manera independiente, tanto las frontales como las Falcon Wing Doors, así como el portón trasero. Un detalle interesante además es que la animación que se despliega es en tiempo real, con lo cual la posición que marca la pantalla en un momento determinado es la misma que tienen las puertas en la realidad.
Como en primera clase
Los asientos de la segunda fila son igualmente impresionantes, está la opción de butacas individuales estilo capitán o bien una banca corrida de tres plazas. Tienen un solo punto de fijación en el piso, muy al estilo de un barco y al igual que el resto del coche son completamente automáticos, de hecho también se pueden controlar desde la pantalla central.
Ciertamente, el elemento más impactante del Model X son las Falcon Wing Doors, sin embargo no están ahí solamente porque se ven bonitas, tienen una función de ser. Tradicionalmente el ingresar a la tercera fila de asientos de un SUV es un proceso complicado, normalmente incómodo. Sin embargo la gente de Tesla pensó estas puertas para ingresar prácticamente de pie.
Esto significa entonces que no es necesario agacharse demasiado, o contorsionarse para poder entrar, con lo cual es posible sentarse fácilmente y con total comodidad.
Refinada, bien plantada y la SUV más rápida del mundo
Manejar un Tesla Model X vaya que es interesante, es una experiencia diferente, impresionante. Primero por uno de los aspectos por los que más han dado de que hablar los Tesla, su capacidad de aceleración y más cuando se trata de un modelo como el de prueba que era el P100D.
Se trata de los modelos más rápidos y con mayor autonomía que ofrece la firma californiana. La P significa Performance y sus credenciales son nada menos que 600 hp y 713 lb-torque, mientras que el 100 nos indica la capacidad de la batería, en este caso 100 kilowatts que hablando del Model X se traduce en una autonomía de 450 km teóricos, en la práctica es menos, -alrededor de 360 kilómetros-.
En cuanto a la capacidad de aceleración, nunca había manejado algo tan rápido, 0 – 100 k /h en 3.1 segundos, torque instantáneo y que te pega con una fuerza al respaldo que espanta. Produce ese vértigo que se siente al acelerar en una montaña rusa, es en verdad brutal.
Es además un vehículo muy bien plantado debido a que la mayor cantidad de masa, que ronda las 2.4 toneladas está en la batería y ésta va montada en el piso del vehículo, en consecuencia, el centro de gravedad es muy bajo. Sin dejar de mencionar toda la confianza que transmite el sistema de frenos con discos de 355 mm adelante y 365 mm atrás.
Entonces, entrar a caminos sinuosos es pan comido, transmite muchísima capacidad de curveo y más en este caso que tenemos tracción integral. Evidentemente, al no tener motor de combustión ni transmisión, no hay vibración o ruido y por lo tanto es tremendamente silenciosa.
Eso sí, por encima de los 120 km/h se produce algo de ruido de rodamiento, nada grave. Sin embargo también me inclino a pensar en que tiene que ver con el hecho de que al no haber ruido de motor que ayudaría a mitigar el de rodamiento como en un auto normal, alcanzamos a percibir más otro tipo de sonidos. De cualquier manera es de lo más silencioso que he manejado, eso es un hecho.
Calidad de marcha 100% premium
Ya que hablamos del refinamiento, el Model X está al mismo nivel de lo que observamos en un Clase S o Serie 7, sin embargo abordo Tesla todavía tiene cosas a mejorar, además de algunos enrases y detalles de ensamble. El habitáculo es demasiado minimalista, se extrañan ciertos pinceladas que ayudarían a crear una atmósfera más suntuosa, asimismo le vendría bien un sistema de entretenimiento para las plazas traseras.
Por su parte, la suspensión también es neumática al igual que en el Model S, con cinco distintos niveles de altura, siendo very low el más bajo y en donde la carrocería queda a solo 137 mm del piso, mientras que en el modo very high se ubica a 211 mm. He de reconocer que me decepcionaron los nombres de los diferentes modos de altura de la suspensión y es que conociendo la über cool denominación de otras funciones como el modo Ludicrous de aceleración o el Bioweapon defense mode de filtración de aire hacia la cabina, yo esperaba que el modo más elevado se llamara algo así como Lunar Rover attack mode.
Ofrece dos modos de manejo, Sport que es el default y otro más de nombre Ludicrous que está inspirado en la genial película Space Balls o (SOS Hay un Loco en el Espacio) de Mel Brooks. Y si creías que el primero en parodiar un Lord Vader cabezón, enano, y enojón fue Stewie Griffin, pues no fue Rick Moranis con Black Helmet.
Y bueno, en Space Balls había velocidad de la luz para saltar en el híper espacio como en Star Wars, y luego una velocidad Ludicrous que era estúpidamente rápida para poder alcanzar a Lone Star (una especie de fusión entre Luke y Han Solo), que era el héroe de la película.
Por último, cuenta también con frenado regenerativo con dos modos de funcionamiento, el estándar en el que si se acostumbra, cómo se utiliza y se logra anticipar bien, prácticamente no hay necesidad de presionar el pedal de freno, ya que el sistema desacelera con bastante eficiencia al Model X y de paso ayuda a recuperar carga en la batería o por lo menos a cuidarla un poco más. El segundo modo se llama Low y el sistema frena con mucha menor intensidad y por lo tanto regenera menos, aunque el comportamiento se asemeja mucho más al de un carro tradicional al momento de soltar el acelerador.
Falta por supuesto hablar del Autopilot, el connotado sistema de conducción autónoma de Tesla que amerita un artículo aparte.
Conclusión
Es cierto que Tesla con los volúmenes que fabrica está lejos de marcar una diferencia en los números de la industria a escala global, sin embargo, su statement sí ha tenido un impacto profundo, al grado de cambiar el discurso y agenda de los grandes fabricantes. Asimismo, el Tesla Model X también me demostró a mí que ya es perfectamente viable tener un vehículo eléctrico para el uso diario. Sorprendentemente no demandó ningún sacrificio en mi rutina diaria con todo y que Yo represento un caso de uso diferente al que tienen los propietarios de estos vehículos, ya que yo no cuento con un cargador en casa. Aun así, con la posibilidad de cargar en la oficina y en los centros comerciales que visité durante los días en los que manejé el Model X, obtuve el mismo servicio que me da cualquier auto con motor a gasolina.
Con la particularidad de que, tiene 600hp, acelera más rápido que cualquier otra cosa que haya tenido oportunidad de manejar, es comodísimo, refinado, cool y cero emisiones.
Tesla Model X - El SUV eléctrico más rápido del planeta | Autocosmos