En febrero de este año, Prodrive anunció que finalmente probaría las arenas del Dakar, un desafío que no habían tenido el honor de sumar a la larga lista de categorías donde han participado, con importantes logros. Este proyecto, aunque fue desarrollado por la estructura de Banbury, es un producto del Bahrain Raid Xtreme (BRX), un nuevo equipo que cuenta con el patrocinio del Fondo de Inversión Mumtalakat.
Prodrive no es de meterse en proyectos que le queden cortos. Así que, considerando que los pilotos del BRX son los mismísimos Nani Roma y Sebastien Loeb, la máquina tiene que estar a la altura del desafío.
Un buggy del futuro
El futurista diseño del T1 también fue hecho en Inglaterra, específicamente por Ian Callum, quien el 2019 abandonó Jaguar para independizarse por completo con su nueva empresa CALLUM.
“Queríamos darle al auto una silueta única; una forma consciente y apropiada para un vehículo extremo, más que apostar por una forma completamente funcional. El resultado tiene propósito: diseño con propósito, forma con propósito y construcción con propósito." señala Callum.
Y claro, el auto tiene una silueta muy deportiva y distintiva, pero su tamaño compacto y sus volúmenes, ocultan una propuesta muy racional y con ciertos atributos pensados exclusivamente para este tipo de competencias.
El T1 es impulsado por un motor V6 3.5 Biturbo de origen Ford, el que desarrolla 400 Hp y 700 Nm de torque. Se asocia a una caja de cambios secuencial de seis velocidades y a un sistema de tracción a las cuatro ruedas. Este motor va ubicado en la parte delantera central del auto, lo más bajo que el despeje permita, cosa de que esto ayude en mantener un centro de gravedad bajo y un manejo mucho más equilibrado. También porta un estanque de combustible para 500 litros.
El sistema electrónico del T1 cuenta con una particular innovación: usará discos SSD proporcionados por Samsung, los que aseguran un manejo de datos a una velocidad altísima y que también permite descargarlos con facilidad para identificar problemas.
Impresiones
No vamos a ir con los detalles directos de cada piloto. Pero haciendo un poco de lectura por algunos medios que han sido cercanos a las pruebas del prototipo, se señala que todo ha salido muy bien para lo rápido que se desarrolló el auto.
Nani Roma ha sido quien se ha llevado la parte más pesada en cuanto a la calibración del modelo, dada su vasta experiencia con distintos autos de la categoría y aparte de algunos problemas menores, todo ha podido solucionarse de manera correcta. Loeb encontró al T1 más parecido a un auto del WRC que a un auto del Dakar, principalmente por el centro de gravedad y el sistema de tracción, así que podría ser que eso le dé una ventaja, al ser una experiencia de manejo más cercana a la que acostumbra. Lo otro, Loeb no solo corre para el Dakar, sino que también competirá en la Extreme E y en la Andros e-Trophy (campeonato de carreras en hielo), así que no ha podido estar tan presente como el español.