Si bien se reactiva la dinámica económica y de movilidad en calles y carreteras, todavía no se alcanza el nivel que había antes del covid-19, incluso es posible que no se iguale ni mucho menos se supere debido a que muchas cosas cambiaron.
No obstante que en las grandes ciudades ya existen de nuevo las eternas congestiones, la situación no es la misma a la que sucedía antes. Por ejemplo, en las mañanas ya no se ven aglomeraciones de vehículos y el tráfico del resto día ya no marca las horas “pico” tan específicas.
Concisamente, ya no es como antes cuando se podía predecir la hora del tráfico. Ahora, las horas “pico” están dispersas debido al trabajo remoto de gran número de personas.
Aun cuando la mayoría de las empresas vuelvan a recibir a sus trabajadores en las oficinas, tomará mucho tiempo para ver el tráfico matutino, debido a que la flexibilidad que hay en los horarios y días de trabajo.
Debido a que las compañías ofrecen cada vez más a algunos trabajadores la posibilidad de laborar desde casa en determinados días, la congestión podría variar considerablemente de un día para otro y de una semana para otra.
Paradójicamente, el que no exista el mismo nivel de tráfico en las calles y carreteras ha provocado un aumento en los accidentes por exceso de velocidad.