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¿Qué tiene que ver la recarga de autos eléctricos con las patatas fritas?

En Australia encontraron una solución para la recarga en zonas remotas.

¿Qué tiene que ver la recarga de autos eléctricos con las patatas fritas?

Uno de los grandes problemas de los autos eléctricos, además de la autonomía, es la necesidad de una infraestructura especial para poder recargarse. En muchas partes del mundo la poca distancia entre ciudades facilita la cuestión, pero en casos como Australia (o en muchas zonas de nuestro país) no sólo es difícil encontrar un cargador para autos eléctricos, sino hasta una simple conexión eléctrica.

El país más grande de Oceanía tiene extensos desiertos, con carreteras muy poco transitadas donde todavía no se justifica la inversión necesaria para hacer llegar un tendido eléctrico y sistemas de recargas aptos para los vehículos eléctricos. Por eso, un ingeniero jubilado llamado Jon Edwards ha creado Biofil, un sistema que utiliza un generador eléctrico que funciona a base de los aceites comestibles que las empresas gastronómicas de la zona usaron para freír papas.

Jon Edwars junto a su creación.

La instalación de tres puntos de recarga con el sistema Biofil le permitió a los usuarios de autos eléctricos recorrer por primera vez la ruta que une Australia Occidental con Australia Meridional, un territorio de 200,000 km² que atraviesa el desierto de Nullarbor.

Edwards invirtió más de 250,000 euros en desarrollar esta tecnología y construir los dispositivos de carga. En el restaurante de Caiguna, que está a medio camino y donde se produce un desecho de aceite de frituras de unos 55 litros a la semana que sirven para alimentar el cargador.

Según explica el propio Edwards, para completar una carga de 50kWh se necesitan 18 litros de aceite, pero la mayoría de las cargas son sobre 25kWh o sea, unos 9 litros de aceite usado. Con lo que produce la cocina del restaurante que provee el aceite, se pueden generar unas 6 recargas rápidas por semana, lo que parece poco, pero que en realidad es suficiente ya que el tránsito de autos eléctricos es casi nulo, cosa que quizás cambie de ahora en adelante.

El Polestar 2 supo aprovechar la novedad.

Volvo supo aprovechar esto y como parte del lanzamiento del Polestar 2 EV en Australia, la marca sueca hizo que una unidad recorra este trayecto desértico, para hacer recorrido 786 km desde el punto de carga de Caiguna hasta Souther Cross, parando en Balladonia, Norseman y Kalgoorlie. La estación de Biofil cargó las baterías de 78 kWh del Polestar 2 al 80 % en apenas una hora para que pudiera proseguir el viaje, que fue un éxito.

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