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Otro problema enorme para la industria automotriz mundial, la guerra en Ucrania

Las repercusiones en Ucrania ponen en riesgo millones de vehículos en 2022.

Otro problema enorme para la industria automotriz mundial, la guerra en Ucrania

Cuando la industria del automóvil empezaba a recuperarse de la pandemia, ahora se enfrenta a un nuevo inconveniente:  la guerra entre Rusia y Ucrania. Y es que, con el conflicto en Ucrania iniciaron de nuevo las interrupciones en las cadenas de suministro automotriz del mundo.

Esta situación ha hecho que S&P Global Mobility (anteriormente conocido como IHS Markit) rebaje su pronóstico para 2022 en 2.6 millones de vehículos (es decir, a 81,6 millones). Este decrecimiento comprenderá en términos generales poco menos de un millón de unidades de la pérdida de demanda en Rusia y Ucrania; y el resto se dividió entre el empeoramiento de los problemas de suministro de semiconductores y la pérdida de arneses de cableado y otros componentes de origen ucraniano, respectivamente.

Además, la pérdida total de paladio ruso es un riesgo con el potencial de convertirse en la mayor limitación de suministro de la industria.

La demanda acumulada se redujo en aproximadamente un tercio

Antes de que se desate el conflicto en Ucrania el 24 de febrero, la industria automotriz mundial ya había pasado más de un año en condiciones de capacidad limitada, con una demanda acumulada de los consumidores de hasta 10 millones de unidades (o 12 por ciento) por encima de la producción alcanzable de este año.

Esta repentina pérdida de confianza económica (a través de los altos precios del petróleo y de las materias primas, la debilidad de los mercados de valores y el endurecimiento de las tasas de interés) está frenando la demanda y ahora podría reducir ese déficit en aproximadamente un tercio, aunque sigue existiendo una demanda reprimida significativa.

La cadena de suministro sigue siendo el factor limitante

Si bien las preocupaciones macroeconómicas son significativas, la cadena de suministro seguirá marcando el límite superior para las ventas de unidades de vehículos a mediano plazo.

Los puntos críticos clave que pesan sobre los niveles de producción posteriores a la invasión se dividen en dos categorías amplias: suministro de materiales semiconductores (específicamente a través del neón ucraniano y el paladio ruso) y el suministro de arneses de cableado eléctrico.

Las interrupciones de materiales especializados podrían reducir la recuperación de semiconductores

En especial, los desafíos del suministro de semiconductores están empeorando en dos frentes: primero, a través de interrupciones en el suministro de gas neón. Las empresas de Ucrania controlan alrededor de la mitad del suministro de neón de alta pureza a la industria de semiconductores, donde el elemento se utiliza en láseres que graban patrones en chips.

Aquí los riesgos inmediatos son bajos gracias a que los fabricantes de semiconductores tienen suficiente inventario de gas, pero la visibilidad es escasa.

Como segundo desafío está la disponibilidad de paladio, utilizado en el revestimiento y acabado de semiconductores. En un giro negativo adicional, los casos de COVID-19 en China en un máximo de dos años están provocando cuarentenas y cierres de plantas en los centros de fabricación del noreste, incluidos Shenzhen y Changchun.

Todo lo anterior aumenta el riesgo de pérdidas por chips 'varados', es decir, semiconductores para los que no se puede construir el automóvil "adecuado" debido a otras limitaciones.

Arneses de cableado de Ucrania, difíciles de sustituir

Todos los arneses de cableado construidos en Ucrania probablemente estaban destinados a alrededor de 0.5 a 1 millón de vehículos antes de la invasión.

Estos arneses comprenden ensamblajes de cable complejos y construidos manualmente. Aunque existen algunos arreglos de abastecimiento dual, en su mayor parte el cambio será difícil debido a la capacidad de aprovechamiento ya limitada en Europa y sus alrededores. Aun buscando una reubicación de producción, esto podrían demorar de tres a 10 meses debido a los tiempos de espera en la maquinaria y la capacitación del personal de varios meses.

Casi la mitad (45 por ciento) de los arneses de cableado fabricados en Ucrania normalmente se exportan a Alemania y Polonia, lo que coloca a los fabricantes de automóviles alemanes en una alta exposición. Volkswagen es el más expuesto, seguido de BMW. En el lado positivo, una vez acelerada, la producción perdida podría recuperarse rápidamente hasta fines de 2022 y más allá.

Paladio: próximo candidato al “cisne negro”

Si bien es poco probable tal como están las cosas, el paladio tiene el potencial de convertirse en la mayor limitación de suministro de la industria. Rusia produce el 40 por ciento del paladio extraído. Alrededor de dos tercios del paladio se usa en vehículos, donde es el elemento activo en los convertidores catalíticos para el tratamiento posterior de los gases de escape.

Si el suministro de paladio ruso se interrumpiera repentinamente (debido a un boicot occidental o a que Rusia detuviera el suministro), la producción de todos los vehículos que utilizan dicho suministro podría detenerse.

Aunque el platino es un elemento alternativo, es igualmente caro y también viene en gran parte de Rusia. La sustitución de cualquier tipo es un campo minado regulatorio, ya que los cambios de diseño requieren una nueva homologación regulatoria, lo que puede llevar meses.

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