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Chrysler y su legado centenario: innovación, diseño y nostalgia

La marca fundada por Walter P. Chrysler es un ícono de la industria automotriz estadounidense que merece un futuro prometedor.

Chrysler y su legado centenario: innovación, diseño y nostalgia

A partir de los remanentes de la Maxwell Motor Company, el 6 de junio de 1925 Walter P. Chrysler funda una nueva marca de autos de lujo, que llevaría su apellido. Desde entonces, Chrysler, ha sido un pilar de la industria automotriz estadounidense, dejando huella indeleble en el diseño, la ingeniería y la tecnología.

Los primeros automóviles de Chrysler, en realidad fueron presentados el 5 de enero de 1924 en el Salón del Automóvil de Nueva York, un año antes de la creación formal de la corporación. Estos modelos todavía bajo el sello de Maxwell Motors contaban con características avanzadas para la época, como un motor de seis cilindros de alta compresión, un cigüeñal de siete cojinetes, filtro de aire para carburador, filtro de aceite reemplazable y frenos hidráulicos en las cuatro ruedas. Estas características, inéditas en un automóvil de precio medio, impulsaron ventas récord de 32,000 unidades en el primer año.

La década de 1920 fue testigo del rápido ascenso de Chrysler. En 1926, la marca introdujo el Chrysler 70, bautizado así por su capacidad de alcanzar las 70 millas por hora (112 km/h). Para 1927, la gama se había expandido a cuatro modelos: el Chrysler 50, 60, 70 y el Imperial 80, lo que llevó a Chrysler al cuarto lugar en ventas con 192,082 unidades entregadas. La inversión de 23 millones de dólares en 1928 para expandir sus plantas demostró el compromiso de la compañía con el crecimiento y la producción a gran escala.

Los años 30 consolidaron a la marca como un pionero tecnológico. En 1930, la marca comenzó a adaptar los modelos Chrysler 70 y 77 para radios y se convirtió en el primer fabricante en ofrecer un carburador de tiro descendente en sus modelos. Las innovaciones continuaron con la incorporación de la bomba de combustible accionada por leva en 1930 y el control automático de chispa en 1931. En 1932, los Chrysler introdujeron los soportes de motor de goma "Floating Power", que eliminaron las vibraciones del chasis, además de un embrague automático controlado por vacío y los primeros cardanes con rodamientos de rodillos.

La audacia de Chrysler se manifestó plenamente en 1934 con la introducción del revolucionario, pero poco comprendido Airflow. Este modelo presentaba una carrocería unibody soldada y un diseño aerodinámico desarrollado en túnel de viento, lo que mejoraba la relación potencia-peso y el manejo. Aunque el Airflow fue radical para su tiempo y no un éxito comercial masivo, sentó las bases para el diseño automotriz moderno.

La posguerra trajo consigo un renovado enfoque en el diseño y la funcionalidad. En 1940, Chrysler implementó faros sellados que mejoraron la visibilidad nocturna en un 50%. La introducción del Highlander y el Saratoga como ediciones especiales y modelos deportivos de lujo, respectivamente, diversificó la oferta. En 1941, la transmisión semiautomática Fluid Drive destacó por la comodidad de conducción que ofrecía.

La década de 1950 fue una era de potencia y estilo para Chrysler. En 1951, la marca lanzó su primer motor V8 de alta compresión con válvulas en cabeza, el legendario "Hemi", de 331 pulgadas cúbicas y 180 caballos de fuerza, superando a la competencia. El icónico Chrysler 300, con su motor Hemi de 300 caballos y un diseño deportivo de lujo, se estableció como un referente de alto rendimiento. Ese mismo año, el Imperial se independizó como una marca de lujo. Los diseños de Virgil Exner en la segunda mitad de los años 50, con sus dramáticos alerones traseros y líneas inclinadas, impulsaron un aumento significativo en las ventas de Chrysler.

En los años 60, la llegada de Elwood Engel al departamento de diseño de Chrysler marcó una transición hacia un estilo más sobrio y elegante, ejemplificado por los modelos de 1963. El Chrysler 300 continuó su legado como un coupé de alto rendimiento, añadiendo una letra del alfabeto a su nombre cada año, desde el 300-B de 1956 hasta el 300-L de 1965. Un hito tecnológico notable fue la introducción del Chrysler Turbine Car en 1963, un prototipo experimental propulsado por un motor de turbina.

La década de 1970 vio el lanzamiento del Chrysler Cordoba en 1975, un exitoso coupé de lujo personal que se posicionó como una alternativa más sofisticada frente a sus competidores. El Cordoba, inicialmente concebido como un Plymouth, se convirtió en un pilar de ventas para Chrysler en un período desafiante para la compañía. En 1977, la línea LeBaron se unió a la gama, ofreciendo versiones coupé, sedán y familiar.

Los años 80 fueron una era de adaptación y resurgimiento para Chrysler, impulsada por la adopción de plataformas de tracción delantera. En 1982, el LeBaron se trasladó a la plataforma "K" de tracción delantera. El New Yorker, un emblema de lujo, también se modernizó y para 1984, el New Yorker Fifth Avenue se consolidó como un modelo exitoso, vendiendo más de sus contrapartes Dodge y Plymouth.

La década de 1990 marcó una transformación en la alineación de la marca. Si bien, el grupo revolucionó el mercado con la introducción de la minivan en 1984 con las Dodge Caravan y Plymouth Voyager, no fue hasta 1990 cuando Chrysler presentó su propia versión de lujo denominada Town & Country.

En 1993, debutó el Chrysler Concorde, un sedán de plataforma LH que representaba un diseño moderno y aerodinámico. Posteriormente, el Chrysler LHS se estableció como el modelo tope de gama, ofreciendo un interior más lujoso y características de serie. La introducción del Sebring (coupé y convertible) y el Cirrus (sedán) en 1995 y 1996, respectivamente, renovó la oferta de vehículos de tamaño mediano. En 1998, se crea DaimlerChrysler.

En 2000, las minivans Voyager y Grand Voyager se reintrodujeron bajo la insignia de Chrysler, y en 2001, el Sebring añadió una versión sedán, reemplazando al Cirrus en Norteamérica. Ese mismo año, el Chrysler PT Cruiser, con su distintivo estilo retro, y el Prowler, un roadster que antes fue Plymouth, se unieron a la familia, añadiendo un toque de nostalgia. La marca también incursionó en el segmento de SUV/Crossover con la original Pacifica en 2004 y Aspen en 2007.

Un momento crucial fue la introducción del Chrysler 300 en 2005, un sedán de tracción trasera que revivió la tradición de lujo y rendimiento de la marca, siendo el primer sedán Chrysler con motor V8 desde 1989. El 300 se convirtió rápidamente en un éxito, consolidándose como uno de los modelos más reconocidos de Chrysler en el siglo XXI y uno de los autos estadounidenses más premiados de la historia.

En la década de 2010, la marca experimentó cambios significativos, incluyendo la fusión de Chrysler Corporation con Fiat para formar Fiat Chrysler Automobiles (FCA) en 2014. Si bien hubo planes ambiciosos para reposicionar a Chrysler como una marca de lujo con tendencia premium, estos no se materializaron completamente. El Chrysler 200, un sedán rediseñado, fue lanzado en 2015 pero fue descontinuado en 2017, a medida que FCA reorientaba su enfoque hacia SUVs y minivans. La Pacifica regresó en 2017 como una minivan completamente nueva, reemplazando a la Town & Country.

En 2021, tras la fusión de FCA y PSA, nace Stellantis, y es aquí cuando la marca ya no cuenta con el brillo de antes. A pesar de haber sido eclipsada por otras marcas de Stellantis y de contar actualmente con una línea de vehículos limitada a Pacifica y Voyager, la marca cuenta con un ambicioso plan de resurgimiento que incluiría un nuevo sedán y crossover basados en el Halcyon Concept. Para celebrar el centenario de la marca, Christine Feuell, CEO de Chysler presentó la Pacifica 100th Anniversary Edition 2026.

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