Así como existen personas que ven a la conducción como un placer, hay a quienes estar al volante les provoca ansiedad, en algunos casos, esta situación llega un grado en el que bloquea a los conductores obligándoles a dejar de conducir su vehículo. Pues bien, a este desmedido miedo a manejar, se le conoce como amaxofobia y es mucho más común de lo que pensamos.
Amaxofobia
Este miedo desproporcionado se produce antes o durante la conducción, y se puede presentar tanto en el manejo propio como en el comportamiento de los demás conductores.
Ante esta aversión existen muchos orígenes, uno de ellos es la falta de práctica, común en ciudades en las que el transporte público u otros medios de transporte evita que muchas personas manejen y, por lo tanto, se empiece a generar desconfianza y miedo a conducir.
Otra causa de la amaxofobia es la edad. Conforme pasan los años, las preocupaciones y miedos tienden a incrementar, y con ello muchas personas no se sienten capaces de aprender a manejar por temor a sufrir un accidente. También esta el caso de los conductores que al haber sufrido un accidente no vuelven a manejar por tener miedo a que esa situación se repita.
Según estudios, la amaxofobia es mucho más común en personas mayores de 40 años y en las mujeres. Pero esto de que sea más común en las mujeres no queda muy claro, ya que probablemente sea porque la mayoría de los hombres no admite estas emociones o miedos mientras que el sexo femenino no tiende a reprimir y ocultar la ansiedad, haciendo difícil tener estadísticas fiables.
¿Cómo superar el miedo a conducir?
Como todas las fobias, la amaxofobia puede superarse por medio de un tratamiento adecuado. Lo primero es identificar y reconocer el problema, así como decidir que se quiere perder el miedo a conducir. Una vez que se detecta y acepta la amaxofobia, el siguiente paso es buscar ayuda psicológica para poder volver a conducir sin miedo.
Un apropiado tratamiento psicológico, no solo permite saber cómo superar el miedo a conducir, sino que también ayuda mediante distintas técnicas a ir eliminando ciertos miedos concretos al volante. Luego se trabajará con ejercicios y técnicas de autocontrol, y finalmente se elaborará un plan de enfrentamiento gradual.
Ciertamente, conducir sin miedo toma tiempo, para algunos más que para otros pero con una buena guía psicológica, los nervios y la ansiedad podrán esfumarse por completo, recobrando la confianza y la seguridad para manejar sin miedo alguno.